Llegué perdida, no sabía a lo que iba ni siquiera tenía claro que conseguiría encontrar el lugar después de perderme por una ciudad tan bella como Girona. Pero llegué, a pesar de los obstáculos y de mis miedos. Y me quedé.
Fueron dos días de estar presente y de hacer consciente mi mente, mi cuerpo, mi alma, la naturaleza alrededor, otras personas caminando cerca acompañándome y Koncha iluminando el camino.
Llegué, removí y recoloqué mi realidad como cuando damos la vuelta a un calcetín y me fuí, pero cargada de experiencias, de nuevas visiones, de abrazos, de miradas sabias que te susurran una vida de historias, me fui con una sonrisa grabada porque mis aliados volvían conmigo.
Infinitamente agradecida{}
Vull donar les gràcies a tota la gent amb la qual em compartit aquest cap de setmana, i en especial a la persona que ha fet possible que jo pugues estar present en la pràctica que hem compartit. Agrair, és reconèixer en l’altre una acció determinada vers un mateix, però que alhora, quan l’agraïment ve del cor, no es queda sols en un mateix, sinó que pot transcendir més enllà d’un mateix.
La meva pràctica del cap de setmana ha estat possible per que hi hagut l’acció d’algú que l’ha fet possible, i vull donar les gràcies per això, i per que aquest gest el recullo amb l’esperança que pugui revertir més enllà de la meva pràctica, que pugui revertir i ser regalat en altres espais, en altres contenidors i en altres persones.
Gràcies per fer possible que el camí estigui dotat d’un sentit, no del meu sentit, sinó d’un sentit amb i pels altres.
Gràcies a tu, a tot i tothom que ho han fet possible
Agradezco a la Sangha la oportunidad que me dieron para participar en el retiro del pasado fin de semana, y mi forma de expresar este agradecimiento es compartir con vosotros todo lo que me llevo de ese fin de semana.
Me llevo el compartir con el círculo, la protección y el apoyo del mandala, la conexión con mis demonios, el contacto con la luz de mis sombras y la fuerza de mis aliados. Me llevo una visión inspiradora, integradora y conciliadora de la sabiduría espiritual que guardan las grandes tradiciones espirituales.
Me llevo el aroma de de la gran madre, el principio femenino de todas las cosas, la radical compasión del linaje materno; me llevo un ciervo que ennoblece mi orgullo, un delfín que suaviza mis dudas y una tortuga que con su sonrisa burlona cortó una de las cabezas de mi hidra.
Sobretodo me traje una práctica, para alimentar en lo cotidianidad, los demonios de mis días.
Gracias por crear la condición para esta posibilidad.
Comentarios recientes