Después de El Monje y el Filosofo o La defensa de la felicidad, el más famoso embajador del budismo en Occidente, intérprete del Dalai Lama, acaba de publicar su último libro en Francia: La defensa del altruismo.

Por Koncha Pinós-Pey

Le Moustier, una aldea francesa entre Brive y Perigueux. A pocos kilómetros de distancia, la cueva de Lascaux. En el bosque y por encima del pueblo, la pequeña casa de Yahne Tourmelin, de 90 años. En la mesa está el pan, la ensalada y el queso. Su hijo Matthieu Ricard se encuentra esta mañana en el centro budista del otro lado de la aldea, para traducir las enseñanzas de un lama tibetano a un grupo de franceses. The Ring, el centro de retiro, nació hace 70 años bajo la inspiración del hijo de Kangyur Rimpoche, el primer maestro espiritual de Matthieu Ricard. Los más grandes maestros tibetanos llegados a Europa han venido a este valle donde nos encontramos, en la Dordoña.

Matthieu Ricard dedica a su anciana madre todos los veranos, su hermana Eva está cerca. Con la cabeza afeitada y aspecto inocente, el hijo del filósofo Jean- François Revel y de la pintora, artista y monja budista- desde 1968- Jahne, sonríe. El libro que nos presenta es más que un libro, es el “libro más importante de su vida”. La defensa del altruismo es la fuerza de la benevolencia. En total casi mil páginas que no son más que una síntesis de una vida dedicada a la meditación, la investigación, las discusiones y debates con los científicos, filósofos, maestros de sabiduría. Más que un libro es un hecho científico continuo, la confirmación de que la revolución de la neurociencia está en marcha, el inicio de un camino, de un puente entre Oriente y Occidente, la intuición y la razón, la ciencia y la mente…. Él es Matthieu Ricard, y se siente que es sabio.

No hay nadie que haya conocido que se pueda presentar como “el hombre más feliz del mundo” -eso dijo de él la Universidad de Wisconsin-. Hace 35 años que es monje, traductor del Dalai Lama desde 1989, doctor en genética celular del instituto Pasteur, fascinado por los lamas tibetanos en 1966. Viajó a la India, Nepal, embajador incansable de la causa budista.

Miembro activo de Mind and Life Institute, busca profundizar en la comprensión del funcionamiento de la mente y la promoción del budismo y la ciencia, ha participado en numerosos programas de investigación sobre los efectos beneficiosos de la meditación en el cerebro.

Este monje, filósofo, traductor y escritor ha donado todos sus derechos de autor a Karuna- Shechen, una entidad que gestiona más de 130 proyectos en los campos de la educación y la salud en la India, Nepal y Tíbet. Lleva construidas escuelas para 25.000 niños, 18 puentes y 17 clínicas que atiende a más de 100.000 pacientes por año. No usa pantalones desde hace más de 40 años, tiene dos vestidos y un par de zapatos. Divide su tiempo entre el monasterio de Nepal Shechen, cerca de Katmandú y el resto del mundo, dando conferencias.

¿El altruismo es el corazón profundo de su último libro?
Descubrí que el altruismo tiene un papel clave en la mayoría de los aspectos de nuestras vidas, y sobre todo que es la clave para resolver los problemas que estamos viviendo, las crisis sociales, económicas, respetar el medio ambiente y poder progresar. Quiero demostrar que existe el altruismo a nivel individual y social y que el altruismo no es un lujo o un noble ideal, sino que es imprescindible en tiempos de escasez y de bonanza.

El altruismo es una necesidad tanto en la economía mundial como en el trabajo, la educación, hasta en las relaciones íntimas. Uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo es conciliar las exigencias de la economía, la búsqueda de la felicidad y el respeto a la Tierra. Estos tres requisitos corresponden a tres escalas de tiempo: corto, medio y largo plazo, que se superponen tres tipos de interés: los íntimos, los sociales y los de todos los seres

Necesitamos un hilo conductor, Monsieur Ricard, que nos permita encontrar un camino en el laberinto de problemas.
Exacto. El altruismo es el hilo conductor que nos permite encontrar nuestro camino a través de esas tres escalas de tiempo: corto, medio y largo, mediante la armonización de los requisitos

¿Es demasiado tarde para ser pesimistas?
Sí, y ser felices es lo más contracorriente que podemos ser.

La Defensa del Altruismo se sitúa en la encrucijada de la filosofía, la psicología, neurociencia, economía y ecología, e invita a participar a científicos y amigos como el psicólogo norteamericano Daniel Batson, Richard Davidson, Tania Singer o Paul Eckman.

El libro es emocionante, educativo, argumentado, denso y brillante, rompe todas las ideas preconcebidas como “que la guerra siempre ha existido, o que la violencia es innata en el cerebro”. Subraya la  importancia de que los medios de comunicación y los periodistas disminuyan su visión pesimista de “todo va de mal en peor, porque es falso”. Ricard demuestra que no tenemos confianza en la naturaleza humana, ni en la bondad, ni en el altruismo y que ese justamente es el problema. “Si alguien comete un delito, decimos que es la naturaleza humana. Si hace algo bueno, que es un santo. Pero el 80% de las personas hacen cosas buenas no destacables cada día”

¿Freud estaba equivocado?
Podemos demostrar cómo un bebé de seis meses ya es altruista, hasta la edad aproximadamente de cinco años en que comienza la discriminación. Este mecanismo de defensa se amplía hasta los 12 o 13 años. El altruismo es una habilidad del cerebro humano que se desarrolla por su plasticidad. Si aceptamos que todo se entrena, música, deporte, matemáticas, por qué no aceptamos que el altruismo no nos puede caer del cielo. La investigación en neurociencia demuestra que la actividad cerebral de sujetos que meditan en la compasión es muy alta en las regiones cerebrales asociadas con las emociones positivas. Estamos llegando al umbral de descubrimientos emocionantes que deben demostrar que podemos transformar la mente… Es mucho más de lo que la psicología ha hecho nunca,

¿El altruismo es compatible con el sistema económico moderno?
Los experimentos en neurociencia han demostrado que las personas están dispuestas a confiar en el 70% de los casos. y que 30% de las personas no confían en el altruismo. Pero si apoyamos un sistema económico que carece de toda regulación, los egoístas -el 30%- van a tener mucha fuerza-. El altruista debe de combinar sus esfuerzos, expandirse y revertir ese desequilibrio. Para eso tiene que entrenarse más en compasión. La desigualdad aumenta, pero también la reacción compasiva hacia esa desigualdad lo hace. Una revolución está en camino, y eso se basa en una mayor responsabilidad universal.

Koncha Pinós Pey

       

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