THE MARK OF ZERO- LA MARCA DEL CERO. Por Howard Gardner y David Perkins
La fecha era a comienzos de 1967, el lugar era el centro de Nueva Inglaterra en la época posterior al Sputnik, cuando millones de dólares se habían invertido para mejorar la calidad de la educación en las áreas de ciencias y matemáticas. Así como en el clásico: La Marca del Zorro, existía un desequilibrio que había que afrontar, también en el campo de la educación: ¿No se le debería también prestar atención a la educación en las artes y las humanidades?
Aparecen cuatro protagonistas formidables: Nelson Goodman, eminente filósofo, quien recientemente se había retirado de la Universidad de Brandeis y se dirigía a la facultad de filosofía de la Universidad de Harvard, y dabo los últimos retoques a su libro, Lenguajes del Arte (1968). Israel Scheffler, amigo y antiguo alumno de Goodman, eminente filósofo de la Escuela de Graduados de la Universidad de Harvard y de la facultad de filosofía de la misma universidad. Theodore Sizer, joven decano de la Escuela de Graduados de la Universidad de Harvard, con un gran interés en las artes y en la reforma educativa. El cuarto era Ernest Brooks, presidente del “Old Dominion Foundation” y conocido de Sizer.
A medida que las cámaras comienzan a rodar en 1967, ¿qué es lo que vemos? Con el riesgo de poner al descubierto ciertos contrastes, podemos decir que Goodman juega el papel de erudito, siendo la fuente de grandes ideas acerca de las artes con un carácter cognitivo y no simplemente como un baño de espuma para las emociones. Sizer es un administrador educativo osado y visionario. Scheffler es el hombre del momento, discierne sobre el vínculo entre un conjunto de ideas aún naciente, el reparto de personajes y el posible hogar institucional. Brooks es el deus ex machina o sea la persona que hace que las cosas sucedan ofreciendo el apoyo financiero inicial a lo que aún no se había denominado Proyecto Cero.
¿Y qué podemos decir acerca del nombre? Nelsón Goodman reunió a un grupo de profesores y estudiantes de postgrado y reflexionó con ellos sobre las artes y la educación. Pensó acerca de lo talentosos que eran los maestros cuando se trataba de cultivar la sensibilidad y la intuición artística. Expresó su desacuerdo con los escritos que había sobre educación en la artes, los cuales no parecían capturar el talento de los maestros. Así dijo: “El estado del conocimiento comunicado en general acerca de las artes está en cero. Estamos comenzando de cero, por consiguiente somos un Proyecto Cero”
Los miembros jóvenes del Proyecto Cero, incluyéndonos a nosotros dos, estudiantes de doctorado en Harvard y MIT quedamos deslumbrados con este nombre. ¿No iba a requerir el nombre de este Proyecto una explicación constante? (¡Pues así ha sido!) ¿No se vería esto como una declaración de impotencia? (Más adelante, al solicitar recursos a una fundación, obtuvimos una fuerte respuesta: “Nunca podríamos apoyar a una organización llamada Proyecto Cero.”) Sin embargo Nelson Goodman se salió con la suya. Ahora el nombre de este Proyecto es una carga que llevamos con amor. Al igual que las estrictas reglas de un soneto, esto es algo que nos honra y trasciende.
El Proyecto Cero comenzó focalizándose en las artes y en la educación de las artes, e incluso hoy en día mantiene vivas varias líneas de investigación en este campo. Sin embargo, después de que Nelson Goodman dejó de participar activamente en el proyecto a comienzos de los años 70, el Proyecto Cero se convirtió en un vehículo, tanto para nosotros dos como para muchos de los colegas, de exploración de un sin número de temas fundamentales a cerca del desarrollo cognitivo y la educación. Al igual que en el teatro, saltemos del pasado al presente.
La “Marca del Cero” en el Día de Hoy
El Proyecto Cero ha tenido un crecimiento amplio desde finales de los años 60. Ahora estamos organizados en dos divisiones que interactúan muy de cerca: El Grupo de Habilidades Cognitivas y el Grupo de Desarrollo. Ambos grupos investigan independientemente y colaboran en proyectos para mejorar la educación dentro y fuera de las escuelas.
Hemos expandido nuestra atención a través de las disciplinas, abarcando las artes, las humanidades, las matemáticas, la ciencia e inclusive la neurología. Nuestro tamaño se ha multiplicado, siendo actualmente un grupo de casi 100 personas, donde los estudiantes son parte de nuestra familia. No dejan de sonar los teléfonos y los faxes y los viajes son cada vez más frecuentes. Hemos desarrollado una estructura administrativa más compleja: Las decisiones surgen de las recomendaciones del comité de trabajo y por lo general son ratificadas por un comité directivo.
A pesar de su nombre, el Proyecto Cero hoy en día no es un solo proyecto si no que abarca muchos de ellos, existen aproximadamente 30 líneas diferentes de trabajo en un momento dado, muchas a través de acuerdos con instituciones diversas, tales como museos, organizaciones de artes comunitarias, programas extra curriculares y escuelas. Colaboramos con colegas tan cercanos como los de la calle Appian y tan distantes como son las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales en China, Venezuela y Sur Africa.
El Proyecto Cero se ha convertido en una de las fuentes intelectuales que alimentan el entusiasmo actual de la reforma educativa. Debido en gran medida a nuestros esfuerzos es que se reconocen las artes como parte importante de la educación y como una área de desafío al desarrollo tanto cognitivo como afectivo. En los artículos que presentamos a continuación, el Proyecto Co-Artes de Jessica Davis ilustra una rama de este compromiso: nuestro trabajo con los centros de artes comunitarios. Nuestros estudios de metacognición y la cultura del pensamiento han contribuido al movimiento de “habilidades de pensamiento” y han apoyado al desarrollo del pensamiento en los estudiantes de Estados Unidos y en el exterior. El artículo de Shari Tishman a cerca de “Qué hace al buen Pensador” está a la vanguardia de este trabajo, una mirada a las aptitudes, las motivaciones y los hábitos de la mente que conforman las “disposiciones de pensamiento”. Steve Seidel y Joseph Walters presentan sus trabajo y conclusiones con los portafolios de sus estudiantes, como un método de evaluación alternativo al tradicional. Nuestra investigación sobre la Teoría de Inteligencias Múltiples ha servido de inspiración a escuelas y programas innovadores a lo largo del país. Según Thomas Hatch, estos y otros frutos del trabajo del Proyecto Cero, al igual que el de otros centros, han contribuido al Proyecto de Comunidades ATLAS, un esfuerzo de colaboración para alcanzar una educación inteligente para estudiantes desde pre-escolar hasta finales de la secundaría. Una de nuestras líneas de investigación más recientes, la enseñanza para la comprensión, ha encontrado una amplia audiencia entre docentes interesados y diseñadores de currículo. Rebecca Simmons describe esta iniciativa comenzando con la idea de un estudiante a cerca del por qué la pantalla de la televisión recoge tanto polvo.
Lo que significa realmente la Marca del Cero
Como la Z es nuestra marca (en inglés es Zero), parece que nuestro trabajo cubre todo desde la A la Z. Sería bueno preguntarse si un único mensaje produce resultados Ciertamente la diversidad es una característica especial de nuestra forma de trabajo actual – queremos ofrecerle a todos los individuos talentosos que están involucrados en el proyecto, el espacio suficiente para que desarrollen sus propias visiones. Sin embargo, muchas constantes continúan desde el comienzo de nuestro trabajo:
1. Nos centramos en las artes y las humanidades. Durante más de 30 años, las matemáticas y las ciencias han recibido mucha atención y financiación para el trabajo de la investigación y el desarrollo en educación. El Proyecto Cero es uno de los pocos grupos de investigación y desarrollo que se han centrado en las artes y las humanidades. Nos seguimos preocupando por estas áreas a pesar de haber ampliado nuestra búsqueda para incluir las matemáticas y las ciencias.
2. Un compromiso con la cognición. Cauteloso de la visión tradicional de las artes como algo relacionado con las emociones, hemos desarrollado, una visión cognitiva de la respuesta y la creación artísticas. Ambas dependen de lo que la gente pueda discriminar, qué destrezas pueden reunir y qué tan estratégicamente pueden usar sus mentes para encontrar y enfrentar problemas artísticos. Como escribió nuestro fundador, Nelson Goodman, en su libro: Lenguajes del Arte, “En una experiencia estética, las emociones funcionan cognitivamente”.
3. Un enfoque de “nivel superior” de cognición. Muchos proyectos en educación se refieren a la adquisición de las destrezas básicas de la escritura, la lectura y la numeración. Sin duda alguna, la importancia de estas áreas han recibido nuestra atención de tiempo en tiempo. Sin embargo, nuestra meta ha sido la de involucrar los misterios de la enseñanza y el aprendizaje en un nivel diferente, lo que podríamos llamar una cognición de “alto nivel”. Nuestros proyectos y programas han tratado con la naturaleza de la comprensión a través de las distintas asignaturas, los orígenes de la creatividad, el desarrollo de las habilidades y las disposiciones de pensamiento, el crecimiento de la interpretación y el juicio critico. Consideramos que un aprendizaje significativo depende de altas aspiraciones y que la mayoría de los estudiantes pueden alcanzar logros mucho más avanzados de los que las escuelas por lo general requieren de ellos.
4. La pasión por unir la teoría y la práctica. Nuestra preocupación nunca ha sido simplemente avanzar en la comprensión técnica de la psicología acerca de la mente humana, ni tampoco nunca hemos creído que las ideas fluyen solamente de la teoría a la práctica. Como se ve en los siguientes artículos, nuestro trabajo más preciado reúne la teoría y la práctica, combinando la investigación básica con el trabajo en escuelas y otros contextos hacia un proceso educativo más comprensivo.
El Futuro del Cero
En la actualidad, más de un cuarto de siglo de haber nacido nos hemos alejado bastante del cero – confiando en que haya sido en una dirección positiva. La Marca del Cero es algo como una fuerza en el mundo de la educación. Sería poco ingenioso de nuestra parte el negar que estamos orgullosos de nuestros logros tanto en el campo teórico como práctico. Solo desearíamos poder presentar algunos ejemplos de los proyectos en las siguientes páginas.
Al mismo tiempo, sabemos que continuar nuestra contribución requiere pensar más allá de lo inmediato hacia una trayectoria de investigación más larga. Afortunadamente, vemos que el Proyecto Cero representa una variante de la paradoja de Zeno. Pedimos disculpas al antiguo filosofo griego, y lo llamaremos la Paradoja del Cero (en inglés Zero): Por cada nuevo descubrimiento, por cada nuevo problema resuelto, parece que encontramos muchos otros que requieren atención.
Por ejemplo, últimamente hemos explorado el rol que puede jugar la tecnología como un instrumento poderoso de divulgación de prácticas educativas y de la construcción de comunidades de practicantes. Hemos examinado la naturaleza de la creatividad no solo como se presenta en individuos sino también en grupos sociales, en sistemas biológicos y a través de la selección natural. Hemos reflexionado acerca de nuestras propias estructuras organizacionales y su funcionamiento, examinando estos temas como las formas más fructíferas de autoevaluación y de la naturaleza del liderazgo dentro y a través de los distintos campos. También se han sembrado muchas otras semillas de investigación. Algunas de estas probablemente se convertirán en proyectos a gran escala, mientras otras esperarán un mejor clima o quizás morirán.
Cualesquiera sean los trabajos que se presenten en los próximos años, confiamos que a través de la paradoja de Cero (Zero), el Proyecto Cero continuará siendo el terreno fértil que aró nuestro fundador.
Mucho después de que nosotros, codirectores y coautores, hayamos desaparecido de escena, veremos la Marca del Cero dirigida por diversos eruditos y educadores con una misma pasión, visión y misión.
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