El libro lleva el subtítulo: Construir círculos para transformar el mundo, y está escrito por Jean Shinoda Bolen. Lo edita Kairos. Esta es una crítica literaria de Koncha Pinós-Pey

 

No importa lo que suceda
No importa lo que está pasando a tu alrededor
Nunca te rindas
Su Santidad el XIV Dalai Lama

Es un libro breve y directo, profundo como un suspiro al corazón, suficiente para conectarte con el valor del círculo sagrado de las mujeres. La metáfora del “millonésimo círculo” es el punto de inicio hacia una nueva era pos-patriarcal basada en la premisa de que cuando un número crítico de personas cambian su perspectiva y su conducta, puede empezar un cambio.

Basado en el trabajo de la autora en la ONU, sus encuentros con Su Santidad XIV Dalai Lama, las enseñanzas de Don Juan, o sus vivencias con mujeres de todos los senderos o vías del mundo, este libro es más que un libro: es  un tratado de psicología junguiana, un conjunto de poemas, un manifiesto político y sobre todo es “pura compasión en acción”.

¿Qué quieren las mujeres? Soberanía y Libertad. Una manera sencilla, es decir que la soberanía y la libertad es un instinto innato que todos deseamos. Los esfuerzos para derrotar a los dictadores, echar a las fuerzas invasoras y resistir al mal. En las sociedades en que la dominancia y la comunicación masculina tratan acerca de quién es el mandamás, la pérdida potencial de la condición, la propiedad o el poder desencadena miedos muy arraigados en los hombres y desata reacciones de enfrentamiento o huida: adrenalina-testosterona.

La militancia de corazón

“La mujer que se da cuenta del potencial de hallarse en un círculo de mujeres capaz dar apoyo y sostén a las que participan en él para que sean sinceras consigo mismas, y cuya intención es dar a luz un nuevo círculo, añade otro que avanza hacia el metafórico millonésimo círculo, el que inclina la cultura de lo patriarcal a lo igualitario, de la jerarquía a la colaboración, y de la dominancia a la interdependencia”

Cada círculo, nos recuerda Bolen, nos añade energía al arquetipo, al campo mórfico de nuestra existencia. Círculos que puedan crear paz, amor y belleza. Porque el amor es la única fuente de energía que no suma cero. Si yo te doy algo, tú tendrás más que yo, pero no ocurre eso con el amor; cuanto más amor te dé, más tendré yo, más tendrás tú y más amor existirá en el mundo.

Las mujeres en la madurez y la vejez se convierten en militantes. Después de los cincuenta, y con salud, una mujer tiene décadas de vida activa ante sí misma. El feminismo dio un sentido de hermandad, la vida nos da lecciones sobre las pérdidas y la gratitud, el tiempo nos da perspectiva. Esta convicción de que las mujeres que llegan a la edad adulta tras el movimiento feminista de los setenta son un enorme recurso sin explotar a favor de la justicia social y las resoluciones pacificas, ha seguido creciendo.

En la Cumbre de Paz de Vancouver del 2009, el Nobel de la Paz Dalai Lama dijo: “El mundo encontrará la salvación en la mujer occidental”. ¿Y por qué la mujer occidental? La frase del Dalai Lama es sin lugar a duda provocadora, ¿cómo podemos las mujeres salvar el mundo? La respuesta es reconocer que si nosotras, mujeres privilegiadas del mundo,  ponemos algo que falta… hacernos militantes del corazón. Para ello, lo mejor es contar con el apoyo de unos círculos como un centro sagrado. Y con ello, nuestros círculos irían creciendo y contribuirían al metafórico millonésimo círculo y al final del patriarcado.

Jean Shinoda Bolen, doctora en medicina, es analista junguiana, psiquiatra, escritora y militante, así como miembro vitalicio distinguido de la Asociación de Psiquiatría Americana y ex catedrática clínica de psiquiatría de la Universidad de California, en San Francisco. Es una conferenciante conocida internacionalmente y autora de 12 libros de gran calado traducidos a más de 80 lenguas distintas empezando por “El Tao de la psicología”, “las diosas de cada mujer” y “los dioses de cada hombre”. Sus últimos cuatro libros, incluyendo “Mensaje urgente a las mujeres “y “Sabia como un árbol”, aúnan el mundo interior de los arquetipos y los símbolos con la militancia mundial.

Koncha Pinos Pey

 

       

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