La inteligencia lingüística es la forma en la que utilizamos el lenguaje para expresar nuestros pensamientos y sentimientos con claridad, de tal manera que otros puedan comprendernos, entendernos e incluso disfrutar juntos. Se puede dar por escrito o verbal. Es una parte integrada de lo que tradicionalmente denominamos la “inteligencia convencional” y resulta fácil de entender para todos. Por Koncha Pinós-Pey
Un niño que domina la inteligencia lingüística ofrece muchas oportunidades para los padres y profesores de estimular su aprendizaje.
Los niños que son fuertes en inteligencias lingüísticas…
- Entienden palabras y el lenguaje muy bien, y tienen un vocabulario rico.
- Utilizan bien el lenguaje y pueden aprender las reglas del idioma rápidamente.
- Usan el lenguaje para pensar, recordar o crear.
- Pueden expresarse tanto de forma oral como escrita.
A estos niños les gusta:
- Leer libros,
- Que les cuenten historias orales, o escucharlas en audio o CD.
- Escribir poemas, historias cortas, tener un diario.
- Les gusta ir al kiosco y mirar revistas, periódicos o cuentos.
- Los juegos de palabras, sudokus, crucigramas…
- Hablar en público o escuchar los problemas de los otros.
- Leer en voz alta.
Como ayudar a los niños con inteligencias lingüísticas:
Para aquellos niños que posean una inteligencia lingüística superior a la media, sea en forma de palabra escrita u oral, los mejores caminos para ayudarles a aprender y analizar la información son:
- Darles libros sobre diversos temas.
- Facilitarles acceso a bibliotecas o internet donde investigar.
- Animar a leer el periódico y que elabore preguntas sobre lo que le ha interesado.
- Pedirles que relaten lo que ven a su alrededor, lo que hicieron esta mañana, como les fue en el colegio.
- Construir historias que impliquen las diferentes partes del cuerpo, con diferentes diálogos.
- Crear historias, canciones, poemas, o relatos por ellos mismos -o con un poco de ayuda-.
- Animarles a tener un diario secreto.
Los juguetes y materiales más interesantes para los niños que tienen una inteligencia lingüística dominante son: libros, notebooks, lápices, bolígrafos, periódicos, revistas, juegos de palabras, diccionarios.
Un ejemplo de cómo enseñar diversos temas a niños con inteligencias lingüísticas.
Matemáticas
- Para enseñarles a sumar y a restar olvídate de los números, haz que cuenten una historia con dos personajes. Necesitan que pase algo para comprender los procesos lógicos.
- Cuando por ejemplo tienen que hacer una ecuación, pídeles que canten o bailen los números de la operación que tienen que llevar a cabo.
Ciencias
- Para enseñarles la gravedad, hay que inventar la historia de una manzana que vive en un árbol y que se encuentra con Newton.
- Para hablarles de las fuentes de energía renovable: pídeles que inventen un cuento o un dibujo sobre si no existiese la gasolina o la electricidad.
Geografía
- Enséñales diferentes palabras básicas: como hola, adiós, qué tal estas… en diferentes lenguas y haz que las asocien con los países.
- Vete de escalada y pídeles que conforme vayan subiendo describan lo que ven: el terreno, la vegetación, las rocas…
Historia
- Haz que describan los cambios de ropa que ha habido en el último siglo.
- Relata la historia de una gota de agua que viaja a través de un río, para conocer los ríos del país.
Cinestésica
Que coordinen una historia con el cuerpo, la voz y el movimiento.
Reinterpretar la inteligencia verbal o lingüística permitirá que nuestros hijos o alumnos puedan expresar lo que piensan o sienten bien sea de forma escrita, hablada o relatada. Para ello debe de existir un código consensuado; por ejemplo, la misma lengua, o un conjunto de símbolos o códigos que permitan comunicarse. Otro ejercicio muy interesante con niños es crear su propio lenguaje, con normas, etc.…
Esta inteligencia está localizada en el hemisferio izquierdo principalmente. Conectada con el área de Broca, permite la comprensión del lenguaje hablado y escrito. La inteligencia verbal, al ser considerada tan importante en nuestra cultura, se vincula a sentimientos de autoestima. Así que si el niño siente que se expresa bien, se sentirá bien. Por lo tanto, tenemos que crear condiciones óptimas para que los niños puedan expresarse según sus medios y habilidades con esta inteligencia.
En este sentido os propongo que incluso si tenéis un hijo o alumno con dislexia o algún trastorno del lenguaje, le ayudéis a que la inteligencia verbal emerja de otras formas: utilizando las otras inteligencias como plataforma. Para un niño con trastornos del lenguaje es muy importante poder expresarse, pero a veces justo eso es lo que no puede. Por ello, aprender a escuchar, a relatar después, a bailar mientras se lee, a hacer letras con arcilla… puede dar habilidades importantes de autoestima que le ayuden a pensar, aprender, solucionar problemas y al final comunicarse y crear su propio lenguaje verbal.
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