La terapia familiar puede ser un tratamiento altamente efectivo para el alivio de los patrones dolorosos o enquistados en un conflicto, la evasión, la tensión o desconexión dentro de la familia. De una manera cálida, solidaria y sin sentido, la terapeuta familiar ayuda a establecer un envase terapéutico seguro y ayuda a la familia como un sistema para ganar claridad sobre cómo las interacciones dolorosas están inconscientemente alimentado y mantenido.
El terapeuta familiar típicamente “asume compasivamente” algo de la tensión experimentada en el grupo, que ayuda a liberar los miembros de la familia favoreciendo la mente de principiante, en la resolución de problemas. Con una mayor comprensión y conocimiento de los sentimientos y experiencias de cada miembro de la familia, el grupo tiende a ser más flexible y viable.
El trabajo de la familia y el terapeuta juntos ayudan a pasar del enfoque problema al enfoque solución, así como destacar las fortalezas y recursos que la familia tiene como individuos y como una unidad. Una mayor conciencia y comprensión conducen a cambios en la forma en que el sistema familiar funciona y el terapeuta ayuda a la familia para integrar y fortalecer esos cambios.
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